Esta semana publicaba La Vanguardia|Natural un artículo de Antonio Cerrillo, ‘La ONU pide revitalizar el pastoreo extensivo en una economía verde‘ en el que sintetiza algunas de las conclusiones del informe ‘Pastoralismo y economía verde: ¿un nexo natural?‘, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que ha sido presentado estos días en Cancún (México) dentro de la 3ª Conferencia Científica Internacional sobre la lucha contra la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía para la reducción de la pobreza y un desarrollo sostenible.
El informe destaca la importancia de esta actividad para salvaguardar el capital natural de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta. Y, como sintetiza el autor del artículo, «revela que un pastoreo perdurable en los ecosistemas de pastizales —pastizales desérticos, bosques y estepas—, ayuda a mantener la fertilidad de los suelos y el carbono en suelo, y contribuye a la regulación del agua y la conservación de la biodiversidad. También proporciona otros bienes como productos alimenticios de alto valor. Cerca de 500 millones de personas practican el pastoreo en todo el mundo».
El PNUMA ha emitido un comunicado de prensa disponible en castellano en el que se resumen las principales conclusiones del informe, cuya versión íntegra sólo está por el momento disponible en inglés –Pastoralism and the Green Economy – a natural nexus-, en este enlace.
Pero sí contamos también con una Nota Informativa, publicada en septiembre de 2014, en la que se recogen los elementos clave del Informe y sus recomendaciones a la comunidad internacional:
- Construir cadenas de valor equitativas y mejorar el acceso a los mercados a través de infraestructuras de mercado, servicios de información, inversión en mercados especializados, y turismo
sostenible, certificación de productos de alto valor y pagos por servicios ambientales.
- Promover la innovación y la inversión en la economía pastoril mediante la eliminación de
los desincentivos para el comercio interno de bienes pastoriles y enfoques innovadores para la producción y la salud ganadera, el desarrollo de razas autóctonas, la diversificación económica y la incentivación de servicios como el ahorro y el crédito.
- Crear equidad en los mercados globales y un comercio justo reformando las políticas comerciales internacionales que distorsionan los mercados agrícolas y socavan las economías pastoriles, eliminando los subsidios injustos para la producción ganadera, e imponiendo tarifas apropiadas para los costos ambientales de los diferentes sectores.
- Fortalecer los derechos y la gobernanza de los recursos de los pastizales —incluyendo
los derechos comunales sobre las tierras de pastoreo, las fuentes de agua, los bosques, los corredores pecuarios y la vida silvestre– mediante la creación de capacidad y sensibilización para una mejor aplicación de las leyes nacionales, la creación de instituciones para la gestión de los recursos naturales, y el empoderamiento de los pastores a través del intercambio de conocimientos y el respeto por el consentimiento libre, previo e informado.
- Integrar a los pastores en la corriente principal del desarrollo mejorando la representación
en la toma de decisiones y fomentando la innovación en la prestación de servicios básicos, incluyendo educación, salud, comunicaciones, agua potable y energía renovable.
- Establecer un marco de desarrollo global para el pastoralismo sostenible que refuerce
los compromisos internacionales existentes, aborde las disparidades subnacionales de desarrollo, y responda a la actual infrarrepresentación del pastoralismo en el discurso mundial, al tiempo que protege contra inversiones perjudiciales como el “acaparamiento de tierras” para la
producción de biocombustibles.
- Crear mecanismos intersectoriales para garantizar inversiones y políticas coherentes para los ecosistemas pastoriles y para maximizar la eficiencia de los recursos a través de diversos sectores, como la agricultura, el agua, los bosques y la vida silvestre.
- Capitalizar los beneficios ambientales del pastoralismo mediante la comercialización de bienes y servicios de los ecosistemas y promoviendo la conciencia sobre los valores ambientales de la biodiversidad de los pastizales, la diversidad genética de las razas, los valores culturales del pastoralismo y los beneficios para la salud de los productos pastoriles.
- Adoptar un enfoque dualista al desarrollo del sector ganadero desglosando los costos y beneficios de los sectores de la ganadería intensiva y la pastoril en la planificación económica y el desarrollo de políticas e inversiones diferenciadas para los subsectores intensivos y extensivos.
- Abordar los vacíos de información sobre el pastoralismo sostenible mejorando los datos
sobre los indicadores de desarrollo de los pastores y la ecología de los pastizales, fortaleciendo el respeto por el conocimiento indígena, la obtención de pruebas sobre los múltiples beneficios del pastoralismo y el uso de análisis de valoración económica total y la relación costo beneficio para evaluar las opciones de inversión y las buenas prácticas y políticas.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que el concepto de economía verde suscita reticencias en ciertos sectores, como nos recuerdan desde Vía Campesina. Una postura y un debate que reflejan muy bien aquí y aquí.