En este artículo de colaboración, Íñigo Doria nos relata cómo en 2011 un grupo de profesionales vascos del pastoreo, la formación, la investigación y el marketing se agruparon para ensayar un proyecto de innovación del pastoreo tradicional.
El pastoreo, una profesión milenaria con mucho futuro
Durante al menos 10.000 años el pastoreo ha demostrado ser una profesión sostenible. De hecho, hoy son legión los expertos de todas las ciencias que glosan sus numerosas virtudes como instrumento de sostenibilidad, entendida ésta como el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones. Desde la perspectiva económica -la que se considera más importante hoy en día-, el pastoreo ha sido, junto a la agricultura, la base primigenia de la supervivencia y desarrollo de casi todas las civilizaciones modernas.
Aunque en el imaginario urbanita el pastoreo parece haberse quedado anclado en un pasado bucólico, está llamado a cobrar un nuevo protagonismo en la muy avanzada sociedad contemporánea. La presión urbanística, el estrés laboral, la tecnificación global, la contaminación ambiental, la agresividad competitiva, la conflictividad social, la alimentación industrial,… han derivado en una angustiosa y urgente búsqueda de rehumanización. Y aunque ya empiezan a desperezarse bastantes iniciativas individuales para aprovecharla, se echa en falta una estrategia común lo suficientemente sólida como para consolidar un nuevo posicionamiento del pastoreo en la sociedad que se está conformando en los albores del siglo XXI.
Latxakluba, un modesto ensayo para la innovación del pastoreo
Es en esta línea en la que se enmarca la iniciativa particular de un grupo de profesionales vascos que, en 2011, se agruparon para ensayar un proyecto de innovación. El punto de partida fue Ardilatxa, una imagen de marca ampliamente difundida por el País Vasco que coloca a la oveja latxa, la autóctona del país, como emblema identitario.
A partir de los fondos que se obtienen con la comercialización de esta marca reconocida se estructuró un programa de acciones con estos objetivos:
- Dinamizar a los diversos profesionales del sector para implicarlos en el diseño de un nuevo modelo de gestión del pastoreo.
- Sensibilizar a la opinión pública acerca de la necesidad de preservar la biodiversidad del pastoreo y a los propios pastores.
- Experimentar nuevas fórmulas para integrar al pastoreo en la nueva sociedad del siglo XXI.
El programa de acciones se compuso de tres líneas de actuación: Nuevos Productos; I+D+i del pastoreo y Club de Cliente.
Nuevos Productos
Se diseñó un programa de nuevos productos tanto del pastoreo como de la marca de la oveja latxa, con el doble objeto de contribuir a la diversificación de la producción y a financiar el proyecto de innovación del pastoreo.
En el ámbito de la producción se trabajó en dos áreas: la alimentaria y la complementaria. En la alimentaria se contó con la colaboración del departamento de investigación de la Facultad de Ciencias Gastronómicas de la Universidad de Mondragón y del Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria Leartiker para diseñar y experimentar la producción de un nuevo tipo de queso de oveja latxa con carácter personalizado y el desarrollo de nuevas líneas de producción alimentaria a base de cremas, dulces, helados, encurtidos, embutidos, precocinados,…
En el área complementaria se diseñó y activó un programa de visitas turísticas a las explotaciones ganaderas -denominado Latxatour– en el que además de conocer los modos de vida y producción del pastoreo, los visitantes podían experimentar mediante interactivos las técnicas del pastoreo ancestral y adquirir todos los productos elaborados por los pastores y por sus vecinos en una tienda especializada -integrada en cada explotación-. Latxatour contaba además con una red de micromuseos conectada entre todos los centros participantes.
Respecto a la marca, se rediseñó la imagen original para reforzar su carácter local emitiendo una nueva gama de soportes de merchandising elaborados por artesanos y por industrias locales como Ternua, con quien se fabricó un nuevo tipo de camiseta a partir de microfibras de lana latxa que cumplía con la normativa GOTS (Global Organic Textile Standard) emitido por Ecocert Group, que garantiza que todas las etapas de transformación textil cumplen con criterios ecológicos y sociales, desde el cultivo del algodón con que está fabricada la prenda al 100% hasta la propia serigrafía, que no contiene PVC ni otros productos químicos contaminantes.
También se fabricó con artesanos y artistas locales un reclamo publicitario original: Latxiñe, la oveja más grande del mundo. Se trata de un muñeco de grandes dimensiones que representa a la oveja latxa y a la que los niños se pueden subir por la boca para deslizarse dentro y salir por el trasero. Alrededor de la oveja gigante se estructuró toda una comparsa de personajes del universo real e imaginario pastoril -lobo incluido- que, a través de danzas y cuentos escenificados de nueva creación, desglosaban la vida del pastor y los valores que la guían.
De la comparsa se pasó a organizar un gran festival itinerante de la oveja latxa –Latxaldia- en el que se desarrollaban 26 actividades durante cuatro días, de jueves a domingo, que incluían desfiles de la oveja gigante por los colegios con representaciones y juegos en una unidad didáctica sobre el pastoreo, feria de productos del pastor, recepción de autoridades y prensa, menús del pastor a cargo de cocineros famosos, proyecciones de cine narrativo y documentales, conferencias y coloquios, cenas cantadas, un foro de debate, un focus group con consumidores, un desfile de moda pastoril, espectáculos de danzas y coros, un concurso de rock del pastor para grupos aficionados, un desfile festivo, concurso de quesos y de cocina del pastor, exhibiciones de deportes del pastor,… La primera edición se celebró en 2012 en la ciudad de Bilbao con gran éxito de participación y público.
Investigación + Desarrollo + Innovación del pastoreo
La ejecución de las acciones descritas sirvió de marco para el diseño y desarrollo de un programa de investigación dirigido a concebir y experimentar un nuevo modelo de gestión bajo la marca bio-pastoreo. Para ello se establecieron convenios de colaboración con diversas instituciones científicas y se contó con la participación de expertos en distintas áreas -de universidades, centros tecnológicos, empresas, organismos del sector,…- pero también de sectores transversales que pudieran aportar nuevas perspectivas de innovación. A ellos se sumaron las asociaciones de pastores veteranos y de antiguos alumnos de la Escuela de Pastores y representantes de los consumidores, hasta llegar a conformar un grupo de unas cincuenta personas. Este grupo se constituyó a la manera de un think tank y comenzó a trabajar primero en sesiones individuales y telemáticas y después en una sesión anual intensiva, encuadrada en el marco del festival de la oveja latxa.
El trabajo de este think tank del pastoreo tenía como misión obtener y analizar los datos más relevantes del sector, diagnosticar sus potencialidades a futuro, identificar un nuevo posicionamiento competitivo para concebir y diseñar una estrategia de innovación y reposicionamiento del sector en los nuevos mercados y sociedades. La primera sesión se celebró en 2011 en la Universidad de Mondragón y la segunda en la antigua Cámara de Comercio de Bilbao, en 2012. De ambas comenzó a emerger un documento estratégico consensuado y un programa operativo de actuación para implementar en el siguiente trienio, que se concreto en el diseño de un grupo de 19 laboratorios de innovación y una serie de cursos de formación especializada en la diversificación productiva del pastoreo en el marco de un nuevo modelo de gestión susceptible de internacionalización.
Club de Cliente
Con la puesta en marcha de ambas líneas de actuación, nuevos productos e investigación, se despertó la curiosidad de la opinión pública por conocer a los protagonistas de la historia que se estaba fabricando y participar en apoyo de la causa. Para canalizar esta demanda se constituyó un Club de Cliente, Latxakluba.org, en el que se podía participar en distintos grados.
Conclusiones
Durante dos años el proyecto funcionó adecuadamente, contando con una importante participación de profesionales y público, y logrando su propia autofinanciación a partir de la base de comercialización de la marca Ardilatxa.
De todo ello se pueden sacar algunas conclusiones positivas:
- Existe un importante hueco para la innovación en el pastoreo y un público potencialmente consumidor interesado.
- La iniciativa innovadora puede partir también de un pequeño grupo de emprendedores no alineados.
- La innovación no requiere necesariamente de altos presupuestos.
- Se puede autofinanciar un programa de innovación mediante una marca propia.
Iñigo Doria _ doria@doriaorg.eu